Minimalismo

Anoche fui a comer al Mercado Municipal. El Mercado no es muy pintoresco, en la planta baja hay carnicerías, verdulerías y varios locales tipo almacén, arriba hay tiendas que venden de todo: ropa, accesorios, CDs truchos, etc. Y tres locales de comida, todos venden lo mismo, pollo al spiedo, y sándwiches de milanesa. Está uno al lado del otro, con las sillas en el pasillo, los tres tienen televisión, los tres con el volumen muy pero muy fuerte. Yo elijo el local en el que están pasando una película de Jackie Chan.
Mientras como mi pollo con ensalada mixta veo a Jackie Chan. La tele esta apoyada sobre una heladera, en la heladera pegado un póster con dos físico-culturistas que me miran. Atrás, en el fondo del local hay un mural, es un primer plano de una llama de ojos muy negros, como los de Platero, con el fondo de un paisaje puneño, unos cerros y nubes esponjosas.
Arriba, como en la marquesina del localcito, hay tres carteles prolijamente escritos en papel afiche amarillo, uno es el menú: pollo doradito, sándwiches y empanadas (si lo hubiera visto antes pedía empanadas); otro, dice que se activan celulares de todas las marcas; y el tercero, ofrece cortes de cabello a precios módicos.
De costado, otra pared luce otro mural, es un señor que parece mejicano que ostenta una pata de pollo enorme y está rodeado por una leyenda que dice “Su pollería amiga”.
Tengo nauseas, creo que voy a tener convulsiones, como con los dibujitos japoneses… y encima Jackie Chan se mueve tan rápido.
Salgo y la luna está increíble, por mirar para arriba me trago el cordón, Uh!! Casi me mato! Que pena que no soy tan ágil como Jackie Chan.