31.7.08

Salí de terapia, en el corazón de Once, entre bullicio, gente y caos… yo salí con mi propio caos. Salí enojada con el mundo y conmigo.
Cuando llegué a la esquina levanté la mirada y frente a mí una viejita con su bastón blanco esperaba que alguien la vea. Le pregunté si quería cruzar, sí –dijo- iba a buscar su reloj que había dejado para arreglar a unas cuadras, me pidió que la acompañe hasta allí, yo accedí mientras me preguntaba que clase de reloj sería.

Caminamos y conversamos. Tenía la cara lastimada, uno de sus ojos completamente blanco estaba rodeado por un gran moretón. Le pregunté y me contó que se había caído de una escalera, exactamente 27 escalones, pero por suerte -dijo- la salvó la virgen de Itatí, tenía una medallita en el bolsillo junto a las llaves.
Me pareció feliz. Estaba feliz… ella y su milagro.

13.7.08

¿Se revientan los sapos de amor?
¿Enloquecen los cucarrones
cuando su pareja no está?
¿Luciérnagas y chicharras
estallan
ansiosas y desasosegadas?
¿Y por qué no maullar
cuando el idioma es inútil
y sólo queda el ronroneo satisfecho
en la dulce axila tibia?
También los animales se acoplan
hasta engendrar el sol.

Juan G. Cobo Borda

5.7.08

En un estado febril
Don Quijote de la Mancha
enfrentó a los gigantes...
no eran más que molinos de viento.