31.7.08

Salí de terapia, en el corazón de Once, entre bullicio, gente y caos… yo salí con mi propio caos. Salí enojada con el mundo y conmigo.
Cuando llegué a la esquina levanté la mirada y frente a mí una viejita con su bastón blanco esperaba que alguien la vea. Le pregunté si quería cruzar, sí –dijo- iba a buscar su reloj que había dejado para arreglar a unas cuadras, me pidió que la acompañe hasta allí, yo accedí mientras me preguntaba que clase de reloj sería.

Caminamos y conversamos. Tenía la cara lastimada, uno de sus ojos completamente blanco estaba rodeado por un gran moretón. Le pregunté y me contó que se había caído de una escalera, exactamente 27 escalones, pero por suerte -dijo- la salvó la virgen de Itatí, tenía una medallita en el bolsillo junto a las llaves.
Me pareció feliz. Estaba feliz… ella y su milagro.

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